jueves, 8 de junio de 2017

Circus



De todos es bien sabido, tal y como cantaba Sabina, que las niñas de hoy ya no quieren ser princesas. 




Tranquilas, no penséis que voy a hacer una declaración feminista, ahora que está tan de moda en todas vuestras camisetas como si de un estampado de animal print se tratara, no. El caso es que no solo no quieren ser princesas, sino que tampoco quieren ser top models, como nos sucedía a las niñas de mi edad, y ni siquiera modelos del tres al cuarto como sucedió cuando el boom de las top models se disipó. Las niñas (y señoras) de hoy en día quieren ser Youtubers, Instagramers, Tronistas, concursantes de realities, Influencers , Djs... Quieren impactarnos. Que literalmente alucinemos con ellas. Epatarnos con su estilazo, su belleza (a veces incompresible como tal), su life style, su círculo de amistades y sus santas y resignadas mascotas. Quieren transmitirnos, que digo transmitirnos, regalarnos sus conocimientos de moda, belleza, nutrición. Eso sí, sin haber estudiado nada ni de moda ni de belleza ni de nutrición, ni de fotografía, ni de interiorismo, ni de decoración…que eso, queridas, es un mérito. Y, como tal, por favor, valórenselo. Porque dar lecciones sin haberte formado, solo por tu cara bonita es como súper lo más, ¿no creéis? Ya quisiéramos muchas. 

A lo que íbamos, ser princesa no es fácil, queridas. Modelo, quizás menos complicado… pero para el resto de profesiones por dios, solo necesitas tu “savoir faire” y un móvil porque el estilo, al igual que la belleza y el resto de cualidades requeridas vienen de pedigree, es como innato. 

Y tu, pobre mortal, ahí, detrás de tu pantalla te mueres de ganas por ser una de las "doscinetascincuentamilochocinetastreintaysiete" influencers que hay y te preguntas cómo han logrado llegar tan alto.  Salir de relleno en la tele autonómica, batir el récord en comer canapés gratis, que te inviten a comer por la patilla o estar en la lista de todos los eventos-eventazos, a modo de ejemplo, no es algo baladí. Eso es triunfar en la vida.  Así que #RESPECT. Porque me da a mí que lo que les tenéis es envidia. 


El caso, es que estas niñas y señoras que ya no quieren ser princesas quieren la fama. Lo que no saben, quizás porque muchas de ellas no vivieron en los 80, es que la fama cuesta y desde luego han venido a pagarla, pero claro no con sudor... ¿qué es eso? Así que la próxima vez que en vuestro feed os encontréis con alguna princesa de hoy en día darle las gracias por lo que os trasmite, que no es poco, y admirar la estela que deja, pero no ella sino vuestro dedo al deslizar. 

Y con esta reflexión os dejo con el nuevo look que ya sabéis que una quiso ser top model ; ) Si os gusta la blusa la podéis encontrar en Shein pinchando aquí.




4 comentarios:

  1. Jajajja me encantan tus reflexiones!! Es q eres total!!!!! Esa blusa te queda... oh my god!!!
    Besos
    Mydreamsbyhelen

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  2. Guapísima Sil ❤️, excelente reflexión! La fama cuesta queridas, no se regala ��

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  3. Siento discrepar. Ahora cualquiera puede ser influencer. Y para llegar a ver una buena hay que ver mucha del montón. La mayoría, diría yo. Casualmente, las mujeres más elegantes que conozco no necesitan fama. Las hay muy buenas pero pocas realmente buenas.

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  4. En fin... la sociedad cambia a pasos agigantados... solo pienso como serán las cosas cuando mi hija tenga los 20 años... (aquí no esta el monito que se tapa la cara verdad??)

    Te queda espectacular la blusa!!! Yo no puedo llevar de ese tipo porque supongo que has de ir sin suje verdad??
    el blog de renée


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