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Hace unos días me topé con un artículo de una revista on line, bueno más bien era una guía: guía para vestir bien a los 40.

Una guía de truquitos y consejitos varios que, probablemente, habrá redactado una muchi-veinteañera osada al  pensar que una señora de 40 va a dejar que alguien le aconseje y más sobre cómo vestir. 

De verdad, no sé a qué cabeza se le ha ocurrido pensar esto. Se supone que con 40, y con algunos años menos también, tienes ya tu criterio bastante definido y es más, no soportas que nadie te de consejitos de esta índole. Tienes ya tu vida hecha, tus opiniones formadas y ya has aprendido a mandar a la mierda sin sentirte culpable por ello. 

Si esta simple guía me ofendió, ya me ofendió mucho más ver los estilismos que proponían. Os los podéis imaginar. Señoras bien vestidas como si todas ellas fueran a trabajar a la redacción del Vogue …vamos el día a día de cualquier mujer en la década de los 40. Tacón finito, gafazas de sol, pantalones…ojo nada de vaqueros, bolsos de mano y alguna prenda lo suficientemente estridente para demostrar que eres atrevida y sigues las tendencias. 

No quiere decir que no me gustasen los looks que proponían pero he de decir que eran irreales. Vamos, muy parecido a cualquier otra publicación donde, por ejemplo, te dan ideas de cómo ir vestidas estas navidades. Y que cuando las ves piensas: querida, en Navidad  yo no me disfrazo. Voy en vaqueros o algo parecido y un top mono. En todo caso algún vestido de Zara que me fui a comprar ex profeso para el evento de turno. Léase Nochebuena con mi familia a la que, por  cierto, le importa una mierda mi look ; día de Navidad que ídem; Nochevieja que depende del plan me esfuerzo un poco; Año Nuevo durante el cual generalmente estoy durmiendo la mona y finalmente Reyes. Este es el primer año en muchos que lo vuelvo a celebrar (así que ya os contaré cual ha sido mi look y si a mi hija le ha gustado…uy qué nervios…intúyase el grado de ironía). Ah, y se me olvidaba... la cena de empresa, sí, aquella en la que no queremos epatar a nadie más que nada porque nos vemos todo los santos días.

Volviendo a esa guía que os comentaba me pregunto si la redactora del artículo aprobaría mi look. He de decir que le quise dar un toque juvenil, más bien adolescente y me puse el primer regalo que me hizo El Fotógrafo allá por el 94… a ver si adivináis qué es.